Categoría: artículos
Finanzas “verdes”: el negocio de la destrucción
“La civilización es sólo una coartada endeble para una destrucción brutal. El veneno sigue brotando y el sistema entero parece dispuesto a intoxicar hasta el último rincón del planeta, porque son más rentables la destrucción y la muerte que detener la máquina”.
Subcomandante Insurgente Galeano
La zorra en el gallinero
“Cuando se trata de salvar el planeta, una ballena equivale a mil árboles”.
La extravagante afirmación proviene de un estudio publicado por el FMI en el que se propone, en tono triunfalista, el desarrollo de canales “innovadores” para la protección de los grandes cetáceos -por ejemplo, mediante la financiación a los gobiernos para la creación de reservas marinas o áreas protegidas-, como vía de mitigación del cambio climático:
“El Fondo Monetario Internacional (FMI) estudió recientemente el trabajo que hacen las ballenas acumulando a lo largo de su vida toneladas de carbono en sus cuerpos (hasta el equivalente a mil árboles), que eliminan cuando mueren en el fondo de los mares y secuestran para siempre de la atmósfera. Los economistas del FMI estimaron el servicio natural de las ballenas –tomando el precio de mercado del CO2 más su aporte al turismo y a la pesca– en dos millones de dólares por ejemplar. Si se toma la población total de ballenas del mundo, la cuenta da aproximadamente un billón de dólares”.
El ejemplo anterior, por grotesco que pueda parecer, representa sólo un botón de muestra del desarrollo reciente de una ofensiva redoblada del capital financiero, bajo el auspicio de los poderes público-privados al servicio de las grandes corporaciones globales, en pos de aplicar la estrecha métrica mercantil a las funciones esenciales que sostienen el metabolismo de los ecosistemas y la biodiversidad del planeta. Todo ello, ni que decir tiene, con la omnipresente coartada de velar por su preservación, bajo uno de los mantras rituales de los apologistas de las «soluciones de mercado» y de las “finanzas verdes”: la naturaleza se destruye porque no se la valora.
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“Los datos son negocios. Los datos son políticos. Y eso es particularmente pertinente en el caso de la inflación, porque las inflaciones son polémicas. Generan ganadores y perdedores. Por eso nos preocupamos por la inflación. Las cifras de inflación no son meramente descriptivas. Forman parte de la economía política del proceso que describen”
Adam Tooze
“Voy detrás de los niños todo el día apagando la luz y después de los dos facturones que llegaron en invierno, en marzo dije que no podíamos poner la calefacción. Hubo días de mucho frío, pero no la encendimos y le ponía al pequeño el pijama, el ‘body’ y el polar en casa porque es que si no, no llegábamos a la primavera. Nos ha roto el invierno”. La angustiosa declaración corresponde a Estefanía, una joven trabajadora con dos hijos cuya pareja está en paro.
Por primera vez en cuatro décadas, la inflación desbocada se ha convertido en los últimos meses en una de las preocupaciones dominantes en todos los ámbitos de la sociedad, afectando duramente a las capas más empobrecidas. La angustia de Estefanía no es ni mucho menos un hecho puntual. Según el propio BCE, el presunto guardián de la estabilidad de precios, la situación es grave, especialmente para las clases populares: “La alta inflación actual perjudica especialmente a los hogares con rentas más bajas porque los artículos con tasas de inflación muy altas, como la energía y los alimentos, constituyen una parte comparativamente grande de la cesta de consumo”.
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“La sociedad capitalista es una sociedad que corre hacia el abismo, desde todos los puntos de vista, porque no sabe autolimitarse. Y una sociedad verdaderamente libre, una sociedad autónoma, debe saber autolimitarse”
Cornelius Castoriadis
Estamos jodidos
“Estamos condenados. El desenlace es la muerte, con el final de la mayor parte de la vida en el planeta”. El poeta y filósofo Jorge Riechmann comparte la demoledora sentencia del científico social Mayer Hillman acerca del funesto destino que aguarda a la especie humana a medida que avanza de forma irreversible el proceso de volver completamente “asqueroso” su propio nido. Sin embargo, de la desesperación puede surgir también la esperanza: “Hay que repetirlo una y otra vez: paradójicamente, sólo asumir de verdad que no hay solución -que ‘estamos jodidos’- podría abrir un camino que evitase lo peor. Dar por muerta esta civilización, dar por muerta esta economía y esta cultura, darnos por muertos a nosotros mismos, y quizá entonces estar dispuestos a las hoy imposibles transformaciones que nos salvarían”.
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«En Utopía han desterrado la codicia por el dinero, no usando de él para nada, evitando así muchas pesadumbres y arrancando las maldades de raíz. Porque, ¿quién no sabe que la solicitud por el dinero es causa de continuas fatigas y desvelos para ahuyentar la pobreza, como si ésta pudiera ser vencida únicamente con la riqueza material»
Tomás Moro
Detengámonos, para empezar, siguiendo al filósofo marxista John Holloway, en la primera frase de El Capital: “La riqueza de las sociedades en las cuales domina el modo de producción capitalista aparece como una gigantesca acumulación de mercancías, y la mercancía como la forma elemental de esa riqueza. Por eso nuestro estudio empieza con el análisis de la mercancía”.
La potencialidad de la riqueza humana se encuentra por tanto atrapada, en el capitalismo, en una apariencia, comprimida por la estrecha faja de la materialidad mercantil. La gigantesca acumulación de mercancías -con su equivalente universal, el vínculo de todos los vínculos, el dinero, en la cúspide- es el corsé que impide el desarrollo de las disposiciones humanas creativas, sometiéndolas a las “continuas fatigas” causadas por el prurito crematístico. Nos hallamos pues, en los hegelianos términos del Marx de los Manuscritos, ante el poder enajenado de la humanidad:
“Si el dinero es el vínculo que me liga a la vida humana, que me liga a la sociedad, que me liga con la naturaleza y con el hombre, ¿no es el dinero el vínculo de todos los vínculos? ¿No puede él atar y desatar todas las ataduras? ¿No es también por esto el medio general de separación? Es la verdadera moneda divisoria, así como el verdadero medio de unión, la fuerza galvanoquímica de la sociedad. Es el poder enajenado de la humanidad”.
¿Acaso cabe una sujeción más irracional de las potencialidades humanas, máxime cuando el estadio actual del desarrollo productivo podría permitir con holgura la cobertura de las necesidades básicas de la especie, reduciendo asimismo drásticamente lo superfluo para adecuar el modo de producción a la preservación de la naturaleza en un planeta habitable?
Sigue leyendoEl dinero en la pandemia: rescate financiero versus “rescate” social
“Un sistema que, cuando no tiene problemas, excluye de una vida digna a la mitad del planeta y que soluciona los que tiene amenazando a la otra mitad, funciona sin duda perfectamente, grandiosamente, con recursos y fuerzas sin precedentes, pero se parece más a un virus que a una sociedad. Puede preocuparnos que el virus tenga problemas para reproducirse o podemos pensar, más bien, que el virus es precisamente nuestro problema. El problema no es la crisis del capitalismo, no, sino el capitalismo mismo”
Santiago Alba Rico
“Si el dinero fuera directamente en ayudas a estos negocios, el cierre podría ser total y se salvarían muchas vidas”. La contundente sentencia fue formulada por Josep Maria Argimon, secretario de Salud Pública de Cataluña que, inquirido acerca de la causa del enésimo incremento vertiginoso de contagios tras la reapertura económica decidida por el gobierno catalán a finales de noviembre, expresó meridianamente la contradicción esencial que simboliza la impotencia manifiesta de las políticas públicas para hacer frente al desastre sociosanitario en curso: la escisión completa entre la esfera monetaria y la fiscal o, expresado de una forma más llana, la privatización casi absoluta de la producción de dinero -incluido el, presuntamente “público”, del banco central- que incapacita a los Estados para implementar las masivas inyecciones de liquidez que requeriría la contención del desastre económico generado por la pandemia. Joaquín López Contreras, infectólogo del Hospital de Sant Pau de Barcelona, abunda en lo anterior: “O los gobiernos buscan dinero debajo de las piedras [sic] e indemnizan a quien sea necesario o no saldremos airosos de esta situación”.
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Para Carlos Rodríguez, alma mater de 30 Días en Bici, con cariño crítico

Mural del barrio okupado de Errekaleor, Vitoria
El socialismo puede llegar sólo en bicicleta
Jorge Riechmann
El ciclista lo crea todo a partir de casi nada, convirtiéndose en el ser más eficiente energéticamente de entre todos los animales y máquinas que se mueven; y, como tal, tiene una capacidad ímproba para desafiar todo el sistema de valores de esta sociedad. Los ciclistas no consumen bastante. La bicicleta puede ser demasiado barata, demasiado saludable, demasiado independiente y demasiado equitativa como para que le vaya bien. En una era del exceso, es minimalista; y ostenta el potencial subversivo de hacer feliz a la gente en una economía impulsada por la frustración de los consumidores
Jim McGurn
Mucho más que dos ruedas
«Tenemos tan integrados y asumidos ciertos valores capitalistas que no nos damos cuenta del absurdo que supone tener una lavadora en cada casa».
La lapidaria afirmación corresponde a Unai, vecino del barrio okupado vitoriano de Errekaleor, una de las comunidades autogestionadas más importantes del país. «Errekaleor vivo» representa un magnífico ejemplo en curso de una experiencia de vida cotidiana basada en valores anticapitalistas y en relaciones de apoyo mutuo y autogestión. «Vamos a dar un paso más y a prescindir de ciertos servicios en las viviendas como cocinas eléctricas, lavadoras, frigoríficos para tenerlos en zonas comunes», explica Estitxu Vilamor, otra vecina de Errekaleor.
Sigue leyendoEl capitalismo desquiciado
“Según Marx, el capitalismo es un sistema injusto (explotación) e inestable (crisis). Pero es también, llegado a un cierto punto, un sistema que aparece como irracional, a causa de la situación a la que le han llevado los mismos éxitos derivados de su propio modo de eficacia”
Michel Husson
Crack del 29: tempestades de acero
Según relata el ilustre economista John Kenneth Galbraith en su trepidante historia de la Gran Depresión, en agosto de 1929, dos meses antes del estrepitoso crack de la bolsa neoyorquina, fue recibida con gran alborozo la noticia de la instalación de emisoras de radio en los trasatlánticos que surcaban el océano. El milagro tecnológico evitaba a los especuladores de Wall Street sufrir la ansiedad generada por no poder operar en el desquiciado parqué neoyorquino durante los interminables seis o siete días que duraba el viaje a Europa. Un poeta anónimo celebró así la prolongación del festín bursátil al puente del trasatlántico en alta mar:’ Nos apiñábamos dentro de la cabina observando las cifras sobre el tablero; era medianoche en el océano y una tempestad rugía amenazadora’.
El reformismo electoralista: de la tragedia a la farsa
«La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa«
Carlos Marx, ‘El dieciocho de Brumario de Luis Bonaparte’
1ª parte. Reformismo pujante: la tragedia
Si Eduard Bernstein levantara la cabeza y se asomara a la escena política actual en los países -como a él le gustaba decir- civilizados superiores se sentiría, muy probablemente, sumamente desconcertado. El histórico líder de la socialdemocracia alemana, el partido democrático más antiguo del mundo, albacea testamentario de su venerado maestro Engels, pasó a la historia por ser el iniciador de la herejía revisionista, que a finales del siglo XIX removió los cimientos de la ortodoxia vigente en los partidos y organizaciones socialistas con su cuestionamiento sacrílego de los postulados clásicos del marxismo. ¿Cuál sería pues el motivo de su estupor? ¿Existe realmente una buena razón para recuperar una disputa centenaria con toda el agua que ha pasado bajo el puente? ¿Puede ser de alguna ayuda para comprender la nada halagüeña situación de las fuerzas políticas de izquierdas y la farsa grotesca que representa el parlamentarismo en nuestros días?
Sobre el dinero (III)
Curanderos monetarios: excéntricos y herejes
“Si nos vemos tentados de asegurar que el dinero es el tónico que incita la actividad del sistema económico, debemos recordar que el vino se puede caer entre la copa y la boca”
John Maynard Keynes
Los excéntricos del dinero “seguro”
“Si tuviéramos un sistema de ‘dinero seguro’ no habría crisis financieras”. ¡Bum! Miguel Ángel Fernández Ordóñez, alias MAFO, nada menos que gobernador del Banco de España desde 2006 a 2012, precisamente los años horribilis de la crisis global, revela la piedra filosofal de la estabilidad financiera que evitaría los catastróficos, y cada vez más frecuentes, cracks de las finanzas mundiales.
Sobre el dinero (II)
Dinero-capital: la encarnación del poder social
“El dinero es el punto de partida y el punto de cierre de todo proceso de valorización” Carlos Marx
“Siempre es el dinero-crédito el que pone en marcha el proceso de producción, que consiste en tener dinero para producir mercancías con cuya venta obtener más dinero: el dinero es el Principio y el Fin, el Alfa y el Omega, el Paraíso y el Apocalipsis de la producción capitalista”
Joaquín Arriola
“Llegan el oro y la plata de América y todo cambia en Europa”
E.J. Hamilton
“La deuda global alcanzó en el primer trimestre de 2018 la friolera de 247 billones de dólares, situando el ratio de apalancamiento con respecto al PIB mundial –omitiendo la banca en la sombra y el castillo de naipes de derivados y demás productos financieros “creativos”- en el 318%, según los últimos datos dados a conocer por el Instituto Internacional de Finanzas”
Entre estas dos noticias median cinco siglos y una completa metamorfosis en la naturaleza y las funciones del dinero y la deuda, desde los balbuceos de una economía monetaria harto limitada hasta llegar a impregnar el último resquicio del metabolismo social. La compleja interacción entre las colosales transformaciones de las relaciones de producción y distribución desencadenadas por el surgimiento del capitalismo y el desarrollo paralelo del hecho monetario, como soporte y potenciador de tales procesos, condiciona decisivamente la evolución económica de los últimos dos siglos.