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Finanzas “verdes”: el negocio de la destrucción

“La civilización es sólo una coartada endeble para una destrucción brutal. El veneno sigue brotando y el sistema entero parece dispuesto a intoxicar hasta el último rincón del planeta, porque son más rentables la destrucción y la muerte que detener la máquina”.

Subcomandante Insurgente Galeano

La zorra en el gallinero

“Cuando se trata de salvar el planeta, una ballena equivale a mil árboles”.

La extravagante afirmación proviene de un estudio publicado por el FMI en el que se propone, en tono triunfalista, el desarrollo de canales “innovadores” para la protección de los grandes cetáceos -por ejemplo, mediante la financiación a los gobiernos para la creación de reservas marinas o áreas protegidas-, como vía de mitigación del cambio climático:

“El Fondo Monetario Internacional (FMI) estudió recientemente el trabajo que hacen las ballenas acumulando a lo largo de su vida toneladas de carbono en sus cuerpos (hasta el equivalente a mil árboles), que eliminan cuando mueren en el fondo de los mares y secuestran para siempre de la atmósfera. Los economistas del FMI estimaron el servicio natural de las ballenas –tomando el precio de mercado del CO2 más su aporte al turismo y a la pesca– en dos millones de dólares por ejemplar. Si se toma la población total de ballenas del mundo, la cuenta da aproximadamente un billón de dólares”.

El ejemplo anterior, por grotesco que pueda parecer, representa sólo un botón de muestra del desarrollo reciente de una ofensiva redoblada del capital financiero, bajo el auspicio de los poderes público-privados al servicio de las grandes corporaciones globales, en pos de aplicar la estrecha métrica mercantil a las funciones esenciales que sostienen el metabolismo de los ecosistemas y la biodiversidad del planeta. Todo ello, ni que decir tiene, con la omnipresente coartada de velar por su preservación, bajo uno de los mantras rituales de los apologistas de las «soluciones de mercado» y de las “finanzas verdes”: la naturaleza se destruye porque no se la valora.

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